¿Por qué nos enfadamos cuando tenemos hambre? Ésto revela según estudios

Escrito Por Lobito Isaias

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Hombre enojado con hambre

¿Te has sentido irritable o frustrada sin razón aparente? Si notas que tu paciencia se agota rápidamente cuando tienes hambre, no estás sola. Este fenómeno tiene raíces tanto biológicas como emocionales, y entenderlo puede ayudarte a manejar mejor tus emociones y tu dieta.

La nutricionista Alejandra Avellán nos comparte su experiencia sobre cómo el hambre puede influir en nuestro estado de ánimo y cómo podemos abordarlo de manera efectiva.

Cuando el cuerpo pide energía

La relación entre el hambre y nuestras emociones es más profunda de lo que podríamos pensar. Según Avellán, “la reacción tiene tanto una base biológica como psicológica”. En términos biológicos, cuando sentimos hambre, nuestros niveles de glucosa en sangre disminuyen. La glucosa es la principal fuente de energía para el cuerpo y su descenso provoca una serie de reacciones.

Este bajón de glucosa activa el sistema nervioso, llevando al cuerpo a un estado de alerta. Este proceso puede manifestarse en antojos por alimentos que proporcionan energía rápida, como:

  • Pan
  • Dulces
  • Galletas

Además, el hambre no solo afecta nuestro cuerpo, sino que también tiene un impacto significativo en nuestro bienestar emocional. La disminución de glucosa influye en la producción de serotonina, un neurotransmisor clave para nuestro estado de ánimo. Por ello, niveles reducidos de serotonina pueden llevar a sentimientos de irritabilidad o tristeza.

¿Dulce alivio?

Es común que cuando el mal humor se instala debido al hambre, busquemos alimentos dulces como una solución rápida. Sin embargo, como señala Avellán, esta estrategia puede resultar contraproducente. “Comer algo muy dulce puede elevar tu energía rápidamente, pero esa energía se desploma igual de rápido, lo que provoca un regreso al mal humor”, advierte.

Para evitar este efecto montaña rusa, es recomendable optar por combinaciones de alimentos que ofrezcan tanto dulzura como saciedad. Algunas sugerencias incluyen:

  • Chocolate con más del 70% de cacao acompañado de frutos secos.
  • Yogur griego natural con fruta o mermelada.
  • Batidos de frutas con proteínas en polvo.

Al incorporar proteínas o grasas saludables en tus snacks, mantendrás tus niveles de energía más estables y evitarás esos repentinos bajones que pueden afectar tu estado de ánimo.

¿Y por qué a algunas personas les pasa más que a otras?

No todos experimentamos el hambre de la misma manera, y esto puede deberse a una combinación de factores. Avellán explica que la genética, el estilo de vida y el estado emocional juegan un papel crucial. Aquellas personas que mantienen hábitos poco saludables, como:

  • Dormir mal
  • Estar bajo estrés constante
  • Saltarse comidas

son más propensas a experimentar irritabilidad cuando tienen hambre. La desregulación hormonal también es un factor. Las hormonas como la grelina, que estimula el apetito, y la leptina, que indica saciedad, pueden alterarse en individuos con malos hábitos alimenticios, lo cual dificulta la regulación del hambre.

Por lo tanto, si sientes que tu mal humor se intensifica cuando tienes hambre, puede ser una señal de que tu cuerpo requiere atención. Adoptar hábitos alimenticios saludables, como comer a intervalos regulares y elegir snacks nutritivos, no solo mejorará tu salud física, sino que también tendrá un impacto positivo en tu estado emocional.

Cómo manejar el hambre emocional

Reconocer que el hambre puede influir en nuestras emociones es el primer paso hacia una mejor gestión de estas situaciones. A continuación, se presentan algunas estrategias efectivas:

  • Haz comidas balanceadas: Intenta incluir proteínas, carbohidratos complejos y grasas saludables en cada comida.
  • Establece horarios regulares: Comer a intervalos regulares ayuda a mantener estables los niveles de glucosa.
  • Practica la atención plena: Escucha a tu cuerpo y diferencia entre hambre física y emocional.
  • Incluye snacks saludables: Opta por opciones que combinen nutrientes para evitar picos de glucosa.
  • Mantente hidratada: A veces, la sed se confunde con hambre. Beber suficiente agua puede ayudar a mitigar esto.

La importancia de la educación nutricional

Comprender cómo la alimentación afecta nuestro estado emocional es fundamental para mejorar la calidad de vida. La educación nutricional puede empoderar a las personas para que tomen decisiones más informadas sobre su dieta.

Algunas áreas de enfoque incluyen:

  • Conocer los macronutrientes: Entender cómo los carbohidratos, grasas y proteínas afectan la energía y el estado de ánimo.
  • Identificar alimentos que mejoran el ánimo: Alimentos ricos en omega-3, vitaminas B y antioxidantes pueden tener efectos positivos sobre la salud mental.
  • Aprender a planificar comidas: Tener un plan puede prevenir decisiones impulsivas cuando el hambre se presenta.

Invertir tiempo en aprender sobre nutrición puede proporcionarte herramientas valiosas para manejar no solo el hambre, sino también tu bienestar emocional en general.