La polémica se desató en el primer partido de cuartos de final entre Argentina y Ecuador. Al principio hubo dos borradores, uno para cada bando. Enel Valencia hizo un gran partido y cometió dos faltas claras y debería haber recibido tarjeta amarilla cuando ya la tenía. Otro jugador que se fue temprano al vestuario fue Cristian Romero, quien mantuvo demasiado tiempo su hierro en el tablero y chocó con la rodilla de Caicedo, quien llevaba un rato tendido en el green.
Sin embargo, incluso con la ventaja, Argentina nunca se sintió cómoda en el partido, ya que fue víctima de la imprecisión de Enzo Fernández y de un juego más largo de lo habitual. Con Messi al 50% y Lautaro Martínez un jugador en el área que apenas tocaba el balón, Ecuador nunca se rindió y obligó a Rodrigo Depol a ejecutar un penal. A los dieciséis minutos de la segunda mitad, Valencia debió recordar las palabras que dijo apenas unas horas antes de la noche más importante de su carrera. El delantero brasileño del Inter marcó bajo su propia presión.
Por si fuera poco, Ecuador pidió dos penales por mano en zona de Argentina. El primero de Enzo lo falló el árbitro Mardonte Cabrera y el segundo de Rodrigo De Pol fue sancionado como falta. Enna Valencia tuvo la oportunidad de disparar desde once metros, pero falló. Engañó a Diba a las mil maravillas pero su disparo se estrelló en el palo.