La seguridad alimentaria es una preocupación primordial en la industria de la comida rápida, donde las normativas son estrictas y la confianza del consumidor es esencial. Sin embargo, a veces surgen incidentes que ponen en entredicho la calidad de los productos ofrecidos. Un reciente caso de KFC en Perú ilustra la gravedad de este tipo de situaciones, destacando la importancia de la vigilancia y la regulación en la alimentación.
KFC sancionado por contaminación en sus productos
El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) ha tomado medidas drásticas contra la conocida cadena de comida rápida KFC tras un incidente alarmante. La denuncia fue presentada por un ciudadano que encontró un sticker en el interior de una pieza de pollo tipo popcorn que había adquirido a través de la aplicación Rappi en diciembre de 2024.
El caso fue analizado por la Comisión de Protección al Consumidor N° 2 de Indecopi, que determinó que KFC, operada por Delosi S.A., había infringido el artículo 30 del Código de Protección y Defensa del Consumidor al no asegurar la inocuidad de sus alimentos. La resolución, emitida el 11 de septiembre de 2025, resultó en la imposición de una multa equivalente a 3 Unidades Impositivas Tributarias (UIT) y ordenó medidas correctivas para prevenir futuros incidentes.
Detalles del incidente reportado
El 4 de diciembre de 2024, un cliente realizó un pedido de 10 piezas de pollo y un popcorn para compartir con su hija. Durante la comida, se topó con un sticker empanizado dentro de una de las piezas, lo que lo llevó a calificar la situación como “totalmente asquerosa e insalubre”. Esta experiencia no solo fue desagradable, sino que planteó preocupaciones serias sobre la manipulación y el control de calidad de los alimentos ofrecidos por la cadena.
- El cliente realizó la queja de inmediato a KFC.
- La empresa ofreció un reemplazo, pero el consumidor estaba muy molesto.
- El afectado expresó su intención de hacer pública la queja en redes sociales.
KFC, al recibir la queja, confirmó la transacción y ofreció una solución, pero el cliente quería más que una simple compensación; buscaba una respuesta que reflejara la seriedad del error cometido.
Análisis de la respuesta de KFC
En respuesta a la denuncia, KFC alegó que la boleta de venta era ilegible y que las pruebas presentadas no podían confirmarse como adquiridas en sus locales. Sin embargo, la Comisión desestimó estas afirmaciones, ya que el expediente contenía pruebas contundentes, incluyendo la boleta electrónica del pedido y audios donde se reconocía la orden.
La decisión de la Comisión fue clara: KFC había puesto a disposición del consumidor un producto no apto para el consumo, lo que representa una infracción significativa de las normas de seguridad alimentaria. Es importante notar que la regulación no requiere que se demuestre un daño a la salud; basta con la existencia de un producto contaminado para que se configure la infracción.
Impacto de la sanción y medidas correctivas
La sanción no solo conlleva la multa de 3 UIT, equivalente a aproximadamente S/16,050, sino que también exige a KFC realizar una serie de medidas correctivas. Entre estas se incluye:
- Reembolsar la totalidad del pedido al denunciante.
- Publicar los resultados del caso en su sitio web para asegurar la transparencia.
- Registrar la sanción en el sistema de infracciones de Indecopi durante cuatro años.
Indecopi también estableció que KFC debe cubrir las costas del procedimiento administrativo, que ascienden a S/36,00, en un plazo no mayor a quince días hábiles. Esto subraya la importancia de que las empresas cumplan con la legislación y mantengan altos estándares de calidad y seguridad.
El rol de Indecopi en la protección del consumidor
Indecopi juega un papel crucial en la protección de los consumidores en Perú, asegurando que las empresas cumplan con los estándares de calidad y seguridad alimentaria. En este caso específico, la institución no solo sancionó a KFC, sino que también enfatizó la necesidad de un control riguroso en la industria de alimentos.
La resolución destaca que la inocuidad de los alimentos es parte esencial del derecho a la salud y recuerda a los proveedores su obligación de garantizar que sus productos no representen riesgos para los consumidores. La sola puesta a disposición de un alimento contaminado se considera una violación, independientemente de si se consumió o no.
Historia del pollo popcorn de KFC
El «pollo popcorn» de KFC, conocido internacionalmente como «Popcorn Chicken», es un platillo que ha ganado popularidad a lo largo de los años. Este producto consiste en pequeños trozos de pollo empanizado y frito, que se introdujeron en el mercado a principios de los años noventa como una opción más fácil y rápida de consumir.
Desarrollado por el tecnólogo Gene Gagliardi, el Popcorn Chicken hizo su debut en pruebas de mercado en EE. UU. en marzo de 1992, antes de ser lanzado a nivel nacional ese mismo año. Esta versión de pollo ha sido bien recibida por su textura crujiente y sabor distintivo, convirtiéndose en un ícono de la marca.
Consideraciones finales sobre la seguridad alimentaria
Incidentes como el de KFC resaltan la necesidad de una vigilancia constante en la industria alimentaria. La contaminación de productos no solo pone en riesgo la salud de los consumidores, sino que también afecta la reputación de las marcas. Las empresas deben implementar y mantener rigurosos protocolos de control de calidad para garantizar que sus alimentos sean seguros.
El caso de KFC también nos recuerda que los consumidores tienen un papel activo en la protección de sus derechos. La denuncia y la reclamación ante Indecopi son acciones fundamentales que ayudan a mantener la responsabilidad en la industria alimentaria.
El incidente no solo genera repercusiones legales y económicas para KFC, sino que también sirve como un fuerte recordatorio para toda la industria de que la seguridad alimentaria es una prioridad innegociable.







