A las puertas de la sequía, el Gobierno ecuatoriano sostiene que no habrá cortes de luz este año. La ministra de Energía y Minas, Inés Manzano, ha enfatizado en varias entrevistas que «el Estado puede satisfacer toda la demanda de energía durante el período seco». Sin embargo, expertos técnicos alertan que la situación es más delicada de lo que parece.
Contratos no ejecutados y producción limitada
Los acuerdos con las empresas Progen Industries LLC y Austral Technical Management (ATM), que debían contribuir con 241 megavatios al sistema eléctrico nacional, fueron anulados debido a graves faltas. Según la Contraloría General del Estado, estas contrataciones ocasionaron un daño superior a USD 140 millones y excluyeron del funcionamiento a centrales clave como Salitral, Quevedo y Esmeraldas.
El presidente Daniel Noboa ha descrito el asunto como «una evidencia de corrupción que no será tolerada» y ha solicitado auditorías especiales para garantizar la transparencia. Aunque el Gobierno ha planeado inversiones de USD 165 millones para nuevas soluciones de generación, los procedimientos de contratación comenzarán en agosto, justo cuando inicie la sequía.
¿Se adquiere energía de Colombia?
La ministra Manzano ha desmentido que Ecuador esté comprando energía a Colombia, dejando claro que «lo que se realizó el 18 de julio fue una prueba».
No obstante, el ministro colombiano Edwin Palma informó que «a partir del pasado viernes reactivamos la venta de energía a Ecuador utilizando nuestros recursos hídricos». El 23 de julio, Ecuador importó 374 megavatios, lo cual contradice las afirmaciones oficiales.
Expertos como Darío Dávalos advierten que esta dependencia podría resultar costosa si Colombia opta por generación térmica, encareciendo así el suministro.
Coca Codo Sinclair: el soporte silencioso
En medio de la incertidumbre, la planta hidroeléctrica Coca Codo Sinclair (CCS) sigue siendo la base del sistema eléctrico ecuatoriano. A pesar de no tener un embalse, su diseño de captación directa permite utilizar el caudal constante del río Coca, incluso en temporadas secas.
Durante la sequía de 2024, CCS generó suficiente energía para evitar cortes prolongados de luz. Su diseño sin embalse se fundamenta en criterios técnicos y ambientales: minimiza riesgos sísmicos y volcánicos, reduce el impacto ecológico y disminuye costos de mantenimiento.
Su funcionamiento constante ha sido fundamental para garantizar el suministro eléctrico, junto a embalses como Mazar, que alcanzó el 99,75% de su capacidad.
¿Qué opinan los especialistas?
Aunque el Gobierno asegura que «no habrá cortes de luz», los gremios empresariales y especialistas advierten que el sistema sigue siendo vulnerable. Un 44% del parque termoeléctrico estatal no está en operación, y la generación térmica adicional prometida aún no se ha concretado.
«El contexto actual es una oportunidad para planificar, no para relajarse», señala Dávalos.