Superávit fiscal: para cumplir con el FMI, en el último trimestre el gobierno deberá profundizar el recorte del gasto

Escrito Por Lobito Isaias

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La situación fiscal de un país es un tema crucial que afecta tanto su crecimiento económico como la calidad de vida de sus ciudadanos. En este contexto, el Gobierno argentino enfrenta un reto importante al buscar cumplir con las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI). Para lograr un superávit fiscal que permita estabilizar la economía, será necesario implementar ajustes significativos en el gasto público. A continuación, examinaremos los detalles de este desafío y las implicaciones que conlleva para el futuro del país.

El superávit fiscal y sus objetivos en el contexto actual

El superávit fiscal se refiere a la situación en la que los ingresos del Estado superan a sus gastos. Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el Gobierno argentino, liderado por Javier Milei, debe alcanzar un superávit primario del 1,6% del Producto Bruto Interno (PBI) para cumplir con sus compromisos ante el FMI. Este objetivo no solo es ambicioso, sino que también requiere ajustes significativos en el presupuesto nacional.

El superávit primario es crucial para la sostenibilidad fiscal del país, ya que permite financiar inversiones y proyectos sin recurrir a la deuda. El informe destaca que, si bien se logró un superávit del 1,8% del PBI en el año anterior, el nuevo objetivo implica una reducción de este margen, lo que añade presión sobre el Gobierno.

El ajuste del gasto público: un imperativo económico

El economista Nadin Argañaraz, autor del informe, advierte que será necesario profundizar el ajuste del gasto público, especialmente en aquellos rubros que no están atados a la inflación. Esto incluye áreas críticas como salarios, subsidios a la energía y al transporte, además de transferencias a provincias e inversiones directas.

Entre las medidas propuestas, se destaca la necesidad de:

  • Reducir el gasto no indexado en un 16% en el último trimestre del año.
  • Acelerar la baja del gasto no indexado, que ya había disminuido un 10% en términos reales en los primeros nueve meses.
  • Limitar el crecimiento del gasto total para cumplir con las metas establecidas por el FMI.

Argañaraz enfatiza que el ajuste debe ser significativo para mantener el superávit primario. Este compromiso fiscal se presenta como el pilar fundamental de la administración actual y es vital para la credibilidad del Gobierno en el ámbito internacional.

Desafíos en la recaudación y su impacto en el superávit

El año 2025 se perfila como un periodo crítico en términos fiscales, especialmente debido a la pérdida de recaudación del impuesto PAIS, que había sido una de las principales fuentes de ingresos en 2024. Durante los primeros nueve meses del año, los ingresos totales del sector público nacional no financiero cayeron un 1,4% en términos reales interanuales, lo que representa un desafío adicional para alcanzar los objetivos de superávit.

El informe revela que los ingresos tributarios disminuyeron un 1%, mientras que los no tributarios sufrieron una caída más pronunciada del 5,8%. Esta tendencia negativa en la recaudación sumada al aumento del gasto primario, que creció un 2,1% en el mismo periodo, complica aún más la situación fiscal.

El comportamiento del gasto: indexado vs. no indexado

El análisis del IARAF muestra que el gasto indexado, que incluye jubilaciones y pensiones no contributivas, ha aumentado un 18,4% en términos reales. En contraste, el gasto no indexado ha disminuido un 10,3%, permitiendo un equilibrio parcial en el gasto total. Este fenómeno ilustra cómo los ajustes se están concentrando en aquellos gastos que no están sujetos a ajustes automáticos por inflación.

La necesidad de reducir el gasto no indexado se vuelve apremiante, ya que se estima que para mantener el superávit primario se requerirá un recorte adicional. En este sentido, Argañaraz destaca que:

  • Una parte significativa del gasto debe ser ajustada incluso en términos reales.
  • El gasto total debería mantenerse en niveles similares a los de años anteriores.
  • Es vital que el Gobierno actúe con rapidez para adaptar su estrategia fiscal.

Proyecciones y escenarios futuros

El informe del IARAF proyecta que, si se mantiene la dinámica de ingresos actual, el gasto primario deberá disminuir un 6% en términos reales en el último trimestre del año. Este ajuste es esencial para cumplir con la meta fiscal del FMI, y se prevé que el gasto total de 2025 cierre con un leve incremento real del 0,4% respecto a 2024, en un contexto de crecimiento económico estimado en torno al 4%.

El gasto indexado, por su parte, continuará creciendo de manera automática, con una variación del 2,9% en el último trimestre y un incremento acumulado del 13,9% durante todo 2025. Esto refuerza la necesidad de que el gasto no indexado profundice su caída, pasando del 10% al 16% en el mismo periodo.

Conclusiones sobre la situación fiscal actual

El futuro fiscal de Argentina dependerá en gran medida de la capacidad del Gobierno para implementar estos ajustes en el gasto. Con un superávit primario proyectado que podría caer un 6% en términos reales interanuales, la administración de Javier Milei enfrentará meses de intensa presión fiscal. Argañaraz concluye que estos próximos tres meses serán decisivos para determinar cómo se sostendrán los pilares económicos del país, subrayando la importancia de seguir una línea clara que permita cumplir con los compromisos internacionales y asegurar la estabilidad económica.