Los accidentes de tráfico son eventos desafortunados que pueden tener consecuencias graves para las víctimas. Sin embargo, la búsqueda de justicia y compensación económica puede volverse un proceso complicado y lleno de obstáculos. Este artículo analiza un caso reciente en la Audiencia Provincial de A Coruña, donde un hombre intentó reclamar daños tras un accidente, pero la justicia desestimó su petición tras una evaluación exhaustiva de las pruebas.
Detalles del caso y la sentencia
La Audiencia Provincial de A Coruña ha confirmado la sentencia que limitó la indemnización a Jose Carlos, un vecino de Fene, a 2.241,34 euros más intereses, una cantidad significativamente inferior a los 170.000 euros que había reclamado. La decisión, firmada el 9 de julio de 2025, se basa en una evaluación detallada de los daños y las secuelas que alegó el demandante tras un accidente de tráfico ocurrido en septiembre de 2020.
El siniestro se produjo cuando el vehículo de Jose Carlos fue embestido mientras estaba detenido. Aunque AXA Seguros, la aseguradora del vehículo responsable, reconoció la responsabilidad, cuestionó el alcance de los daños. Representado por el abogado Aquilino Yáñez de Andrés, Jose Carlos argumentó que sufría secuelas físicas y psicológicas graves.
Análisis de las pruebas presentadas
El juzgado de primera instancia de Ferrol ya había fijado una indemnización de 9.789,17 euros, restando solo 2.241,34 euros por liquidar. Jose Carlos, insatisfecho con esta cantidad, presentó un recurso alegando errores en la valoración de pruebas y una supuesta subestimación del impacto del accidente.
El tribunal revisó el historial médico del demandante, que incluía accidentes previos en 2008 y 2013, y un diagnóstico de cervicalgia y dorsalgia. En este contexto, se evidenció que las reclamaciones no estaban fundamentadas en el accidente de 2020, lo cual fue crucial para la decisión judicial.
Las lesiones y su relación con el accidente
Los informes médicos iniciales tras el accidente diagnosticaron “contractura muscular sin lesiones graves”, y se recomendó un tratamiento con analgésicos. Sin embargo, los informes periciales de los médicos designados por el tribunal señalaron que:
- La recuperación se alcanzó en 107 días.
- Las secuelas eran mínimas o preexistentes.
Esto contrasta con el informe de parte, donde se alegaban múltiples secuelas y un periodo de recuperación superior a 700 días. El tribunal concluyó que las alegaciones de Jose Carlos no tenían una base sólida y que las supuestas dolencias eran en su mayoría degenerativas o preexistentes.
Principios legales y su aplicación en el caso
La sentencia también abordó el principio pro damnato, que establece que en caso de duda, se debe favorecer al damnificado. Sin embargo, el tribunal determinó que no existía una presunción de daño, y que el demandante no había logrado demostrar de manera contundente la existencia de lesiones relacionadas con el accidente.
Las decisiones sobre la indemnización se basan en la estabilización de las lesiones y no en la incapacidad laboral, lo que fue un punto clave en la argumentación del tribunal. Este enfoque es fundamental en el ámbito de la responsabilidad civil, donde la carga de la prueba recae en quien reclama daños.
El impacto de la investigación en el proceso judicial
Durante el proceso, se incluyeron seguimientos realizados por detectives privados, quienes detectaron discrepancias entre los síntomas que Jose Carlos mencionaba en las consultas médicas y su comportamiento fuera de estas. Este tipo de vigilancia es común en casos donde se cuestiona la veracidad de las reclamaciones de lesiones.
El tribunal, al evaluar estas inconsistencias, subrayó: “No hay una acreditación objetiva de las gravísimas secuelas que don Jose Carlos dice padecer”. Este tipo de análisis se vuelve esencial para asegurar que la compensación se otorgue únicamente cuando se demuestre efectivamente un daño derivado del siniestro.
Repercusiones de la sentencia y futuros recursos
La sentencia pone fin a un litigio de casi cinco años y subraya la importancia de la valoración pericial y del nexo causal en los procedimientos de reclamación por daños. Las costas del recurso fueron asignadas al apelante, aunque se le recordó la posibilidad de presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo o ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
Este caso resalta la complejidad de las reclamaciones por accidentes de tráfico y la necesidad de presentar pruebas sólidas y bien fundamentadas. Las decisiones judiciales se basan en un análisis riguroso de la evidencia presentada y en los principios legales que rigen la responsabilidad civil.
Conclusiones sobre el proceso de reclamación por accidentes de tráfico
La experiencia de Jose Carlos ilustra las dificultades que pueden enfrentar las víctimas de accidentes de tráfico al intentar obtener compensación por los daños sufridos. Es fundamental que quienes se encuentran en situaciones similares comprendan:
- La necesidad de una adecuada representación legal.
- La importancia de contar con informes médicos y periciales precisos.
- El impacto de antecedentes médicos en la evaluación de lesiones.
Comprender estos aspectos puede aumentar las posibilidades de éxito en futuras reclamaciones, ya que cada caso es único y requiere una evaluación cuidadosa de todos los factores involucrados.







